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sábado, 20 de febrero de 2010

LAS PALABRAS. Textos

sleep-of-reason_goya
I
Yo sólo quiero tener una palabra,
una palabra sólo para ti y,
en un mundo inventado
que sólo tú seas la palabra, 


que su significado contenga todo:
La destrucción y el placer,
el aliento y el desanimo,
el viento y la bonanza,
pero, sobre todo, que me contenga,
que me defina e identifique,
y que las preguntas sean resueltas
con una palabra 
una sola palabra a veces…
Una palabra y el dibujo de un pensamiento
la línea firme
la proporción correcta
y después,
una suave contemplación
y una sacudida íntima.
Yo sólo quiero tener una palabra
una palabra que sólo comprendas tú
destinada a ti
Una sola palabra a veces…
una palabra que no signifique un compromiso,
una palabra que no hable de triunfo,
una palabra que no destruya.
Pero a veces mi palabra es una respuesta
arrolladora
torrencial
tumultuosa.
Mi palabra es la que crepita en el interior
y que avasalla queriendo ser.
Yo quiero tener una palabra que sustituya a los largos discursos
una palabra que irrumpa en un largo silencio
una palabra que no signifique un interdicto
si no un corte abrupto
vertical
insospechado.
Porque mi palabra es yo, y no otra
porque mi dolor es este, y no otro
porque debe poderlo todo.
Yo solo quiero tener una palabra
que no tiene porqué ser la adecuada
una sola palabra, a veces…
detonante
rigurosa
brutal
amable
incomprensible…
Una palabra que no signifique tu silencio,
porque el silencio es solo de unos pocos
y, en mi delirio, quiero que sea de todos…
y eso no puede ser
porque sólo hay palabras
y las palabras lo son todo.

II
Como armas blancas
con toda su carga
con todo su peso en mi mano.
A la vez poderoso y débil

Con todas sus posibles muertes brillando en sus hojas.
Incluso la mía. La primera.

Como armas blancas
inertes, ingeniosas, precisas.
Con toda su dotación de muerte.
Con su corto alcance,
apenas un brazo, una mano.
Mi mano.

Como armas blancas,
a veces rojas o negras o grises…
coaguladas, afiladas, embotadas.
Enamoradas de su destino,
condenadas a el.
Como amantes.

Qué fácil comparación.
Presunción de inocencia
Como armas blancas,
tus palabras
mis palabras
las palabras


Fernando Arocena.

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